Diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica

Diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica

Diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica

Conocer la diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica cuando te enfrentas a trámites internacionales —ya sea para estudiar, trabajar o emprender un proceso legal— ya que es común que aparezcan términos como traducción jurada o traducción jurídica que pueden generar dudas. Aunque suenen parecido, no son lo mismo, y elegir mal puede traerte problemas, desde retrasos en un expediente hasta que no acepten tu documentación en una institución. Por eso es fundamental entender bien la diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica, porque cada una tiene su función y sus requisitos específicos.

A lo largo de este artículo vamos a resolver las confusiones más habituales. Verás qué es una traducción jurídica, qué implica una traducción jurada, y por qué no conviene confundir una traducción jurada con una traducción certificada, que a veces se mencionan como si fueran intercambiables. Todo con ejemplos reales y una orientación muy práctica. Vamos al grano.

¿Qué es una traducción jurídica?

La principal diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica, es que una traducción jurídica es, básicamente, la traducción de documentos que pertenecen al ámbito del Derecho. Es decir, textos con un lenguaje legal específico, que puede incluir desde contratos y sentencias judiciales, hasta testamentos, estatutos sociales o escrituras notariales. En este caso, lo más importante no es que la traducción esté firmada por un traductor oficial, sino que sea precisa en cuanto al significado legal del texto original.

Traducir un contrato, por ejemplo, no consiste solo en traducir palabras, sino en entender los conceptos jurídicos detrás de cada cláusula. Muchas veces, un término puede parecer sencillo, pero su interpretación legal varía de un país a otro. De ahí que una traducción jurídica debe ser realizada por traductores especializados en Derecho, que conozcan tanto el sistema legal del idioma de origen como el del idioma de destino.

Y aquí está el matiz: una traducción jurídica puede no ser jurada. Es decir, puedes necesitar una buena traducción de un contrato en inglés para presentárselo a tu abogado en España, pero si no lo vas a entregar en un organismo oficial, probablemente no necesites que sea jurada. La calidad y la precisión jurídica importan, pero no tanto la certificación formal.

¿Qué significa la traducción jurada?

Por otra parte ahora pasamos al otro término que genera confusión al hablar de la diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica: la traducción jurada. Esta no se define por el tipo de contenido que traduce, sino por quién la realiza y con qué validez legal. Una traducción jurada es aquella hecha por un traductor jurado acreditado por el Ministerio de Asuntos Exteriores (en el caso de España), y lleva su firma, sello y certificación oficial. Esto le da carácter legal y permite que el documento tenga efectos ante una administración pública.

Por ejemplo, si vas a homologar tu título universitario en otro país, solicitar la nacionalidad o presentar un certificado de nacimiento en una embajada, te van a pedir una traducción jurada. Lo que las instituciones quieren es una traducción legalmente válida, no solo comprensible. Por eso, da igual si el documento original es un diploma, una carta del banco o una resolución judicial: si el trámite lo requiere, necesitas una traducción jurada.

Así que, mientras la traducción jurídica pone el foco en el contenido legal, la traducción jurada lo pone en su validez oficial. Y por eso no son lo mismo, aunque a veces coincidan. Sí, un contrato puede necesitar ser traducido jurídicamente y además jurarse, pero también puede bastar con una de las dos cosas.

Traducción jurada administrativa

¿Cuál es la diferencia entre una traducción certificada y una traducción jurada?

Aquí entramos en terreno pantanoso, porque el término “traducción certificada” se usa mucho, pero su significado cambia según el país. En España, cuando hablamos de “certificada”, lo correcto es decir “jurada”, porque no existe otra categoría oficial de traductor que certifique documentos. Pero en países como Estados Unidos o Canadá, una traducción “certified” puede no estar hecha por un traductor jurado oficial, sino por un profesional que añade una declaración firmada afirmando que la traducción es fiel y completa.

Esto genera mucha confusión, sobre todo entre personas que viven fuera de España o que deben presentar documentos en distintas jurisdicciones. Por eso, es clave tener claro el contexto legal. Si estás en España y te piden una traducción con validez oficial, lo que necesitas es una traducción jurada. En otros países, quizá baste con una certificación firmada por el traductor, aunque no sea jurado oficialmente.

¿La mejor recomendación? Siempre pregunta a la institución receptora qué tipo de traducción aceptan, y si tiene que ser jurada por un traductor reconocido por una entidad pública. Evitarás confusiones y trabajos duplicados. En la página web del propio Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación puedes ampliar esta información con definiciones oficiales o requisitos reales.

¿Cuál es la diferencia entre una traducción jurada y una traducción jurídica?

Y aquí volvemos al núcleo de este post: entender bien la diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica. Ya hemos visto que no son excluyentes, pero sí que responden a criterios diferentes. La traducción jurídica se refiere al tipo de texto, mientras que la traducción jurada hace referencia al tipo de validez que tiene la traducción.

Puedes tener una traducción jurídica no jurada (por ejemplo, para uso interno de una empresa) y puedes tener una traducción jurada de un documento que no sea jurídico (como un certificado médico o una nota académica). En otras palabras, lo uno no implica lo otro.

Por eso, es tan importante contar con profesionales especializados. Un buen traductor jurídico no siempre está habilitado como traductor jurado, y viceversa. Y en muchos casos, lo ideal es combinar ambas cosas: un traductor que tenga formación en Derecho y, además, esté habilitado para firmar como jurado. Así te aseguras que la traducción no solo es legalmente válida, sino también fiel a los matices del lenguaje jurídico.

Conclusión: asegúrate de saber la diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica antes de contratar nada.

Saber con claridad cuál es la diferencia entre traducción jurada y traducción jurídica te puede ahorrar muchos dolores de cabeza. No todas las traducciones oficiales son jurídicas, ni todas las traducciones jurídicas necesitan ser juradas. Todo depende del tipo de documento, del destinatario y del país donde se va a presentar.

Antes de contratar una traducción, plantéate lo siguiente: ¿Para qué necesito este documento? ¿Dónde lo voy a entregar? ¿Me piden una traducción jurada, jurídica o ambas? Y si no lo tienes claro, pregunta. Una buena agencia o un traductor profesional te sabrá orientar.

En ENAI, por ejemplo, contamos con traductores jurados y jurídicos en varios idiomas. Puedes consultar nuestra ficha sobre la traducción jurada de títulos universitarios o nuestra guía sobre cómo legalizar documentos extranjeros en España si estás en proceso de reconocimiento oficial.

También puedes revisar este artículo complementario donde explicamos las dudas más comunes al traducir un título universitario, que aclara más casos concretos.

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