La labor de un traductor jurado es uno de las más complejas en el mundo de la traducción. Como hemos comentado en otras ocasiones, cualquier profesional del sector debe estar al día de los cambios culturales y sociales para poder dar el sentido apropiado a ciertas expresiones. Y los traductores jurados profesionales, por la naturaleza cambiante de leyes y normas, no son una excepción.
La necesidad de contar con conocimientos jurídicos para poder certificar con su firma y sello documentos expedidos originalmente en otra lengua obliga al traductor jurado a estar en constante reciclaje. Para ello, puede ser muy valioso pertenecer a alguna asociación del sector, tener acceso a diccionarios especializados y consultar publicaciones y revistas para estar en continuo reciclaje. Recursos accesibles a través de Internet para incrementar la calidad de las traducciones que te contamos en esta publicación.
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Asociaciones de traductores jurados
A pesar de constituir un colectivo profesional reducido, existen varias asociaciones de traductores jurados:
- Asociación Profesional de Traductores e Intérpretes Judiciales y Jurados (APTIJ). Se trata de una asociación sin ánimo de lucro con sede en Valladolid que reúne a “profesionales de la traducción y la interpretación que actúan en sede judicial y policial”, como anuncian en su página web. Muy útil para establecer contactos con otros profesionales del sector.
- European Legal Interpreters and Translators Association (EULITA). Su objetivo es aglutinar a todos los traductores e intérpretes jurados de los países miembros de la Unión Europea.
- Associació de Traductors i Intèrprets Jurats de Catalunya (ATIJC). Fundada en 1992 para agrupar a los traductores jurados de Cataluña, actualmente admite socios de todas las comunidades autónomas ante la falta de referentes en el sector.
Diccionarios y recursos oficiales
Un traductor debe tener un control absoluto de las (al menos) dos lenguas que tiene que manejar en su trabajo, pero en el caso del traductor o el intérprete jurado esta labor se hace aún más compleja. La dificultad que entraña el lenguaje jurídico y los cambios que mencionábamos anteriormente en las normativas hacen que un buen diccionario jurídico o los recursos oficiales se conviertan en excelentes aliados. Os dejamos algunos ejemplos:
- Diccionario del Español Jurídico de la RAE. Es un diccionario de uso sencillo, creado para poder consultar definiciones breves sin tener que enfrentarse al farragoso vocabulario de otras publicaciones de carácter enciclopédico. Se creó por iniciativa del Consejo General del Poder Judicial (CGPG) y apareció en abril de 2016.
- Corpus de Referencia del Español Actual de la Real Academia Española. Aunque no es exactamente un diccionario, cubre las necesidades que cualquier traductor tiene de contar con un corpus, es decir, un conjunto de textos con ejemplos reales (escritos y orales) del uso de una lengua.
- Terminesp. Se trata de un banco de datos terminológico de la lengua española promovido por la Asociación Española de Terminología (AETER), creado a partir de datos de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) y desarrollado en colaboración con Fundéu BBVA (Fundación del Español Urgente), que lo incluye como recurso en la Wikilengua.
Publicaciones jurídicas
Por último, para actualizar los conocimientos sobre traducción jurada es muy valioso leer periódicamente revistas y publicaciones jurídicas con versión online, como las incluidas en las siguientes recopilaciones, para estar al tanto de las últimas noticias:
- Colección de revistas jurídicas de la Universidad de Salamanca. Incluye un completo listado de publicaciones de toda Latinoamérica con sus correspondientes enlaces.
- Revista Española de Derecho Constitucional. Se pueden consultar todas sus ediciones en el repositorio de publicaciones de la Universidad de La Rioja (DIALNET), uno de los más completos que existen.